Rusia y Ucrania anunciaron ayer el canje de unos 400 prisioneros de guerra, una semana después del accidente de un avión militar ruso que, según Moscú, transportaba soldados ucranianos cautivos y que habría sido derribado por Kiev.
Según el presidente ruso Vladimir Putin, el ejército ucraniano derribó el 24 de enero un avión Il-76 utilizando un misil Patriot estadounidense, que Ucrania suele utilizar para interceptar fuego ruso. Por su parte, Ucrania y sus aliados occidentales todavía están tratando de obtener pruebas sobre las acusaciones rusas.
Ayer, a pesar de las tensiones por la caída del avión, Rusia y Ucrania anunciaron uno de los mayores canjes de prisioneros en dos años de guerra. El Ministerio de Defensa ruso dijo que 195 soldados rusos fueron canjeados por el mismo número de militares ucranianos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, habló en tanto del regreso de “207” de sus conciudadanos. “Los nuestros están en casa”, escribió Zelenski en las redes sociales, prometiendo traer de vuelta a todos los prisioneros, “combatientes o civiles”.
Putin también se felicitó por la operación, asegurando que Moscú quiere “repatriar” a todos sus prisioneros en manos ucranianas. “No detendremos los canjes. Tenemos que traer de vuelta a nuestros hombres”, aseguró.